EL PRISMA VIOLETA ** Ana Calafat ** Entrevista  

Publicado por: Pandora

Desde este particular prisma de tonos violáceos, deseo tener una toma de contacto con mujeres pioneras y valientes, mujeres que han escrito su historia con letras mayúsculas. Personas con gran corazón y coraje. Aunque humildes, no por ello menos importantes. Desde mi osadía como entrevistadora les quiero dedicar un tiempo de gloria.

Ana Alberdi León


Cuando llegué a Benacazón, me llamó la atención una mujer montada en una bicicleta. Iba vestida con un pijama blanco, de los que usa el personal sanitario. Era menuda, con el pelo rizado y corto, ojos expresivos, pero sobre todo irradiaba vitalidad.

Un día mi espalda, aquejada por el estrés, requirió de sus servicios. Así conocí a Ani (así se llama la mujer que en su día llamó mi atención). Cuando sus fuertes dedos buscaron la causa de mi dolencia supe que aquella pequeña mujer era realmente fuerte, era una sanadora.

Un jueves de una semana cualquiera, Ani me abre sus puertas y pasamos al interior del gabinete, donde me espera una camilla y unas manos expertas. Así empezamos esta entrevista.

¿Cómo recuerdas tu infancia, en un mundo de hombres, un país dividido y cerrado al mundo?

La recuerdo muy bonita, era muy feliz, aunque el mundo de esa época era muy cerrado y discriminatorio hacia las mujeres. No me gustaba ese aspecto de la sociedad, yo era muy abierta e inquieta y, a pesar de los contratiempos del momento, mi perspectiva siempre era muy clara.

Con la crisis de alternativas, ¿como supiste lo que verdaderamente te gustaba?

Tenía las ideas muy claras desde muy joven, siempre he sabido lo que quería.

¿Te interesaba el mundo exterior o sólo subsistir ante tanta contrariedad?

Ante la falta de noticias, cogíamos información de todos lados. Conocí a un médico que me abrió las puertas a la cultura. La lectura fue otra de mis pasiones, leía todo lo que me pudiera ayudar a crecer como persona.

¿Cómo se sentía tu parte femenina?

Mi parte femenina no se sentía bien, pues no había ningún tipo de ayuda en este sentido hacía la mujer (carencia de guarderías, oportunidades, aportaciones económicas, etc), con lo cual, entre la familia y el negocio, no tenía tiempo para mí.

¿A lo largo de tu vida has tenido alguna ilusión oculta que continúe latente?

Si, la medicina. A través del médico que comenté antes me llegó a gustar la medicina, por lo que le estoy muy agradecida. En aquellos tiempos la mujer no tenía posibilidades de estudios, por lo que me decanté por el mundo del masaje, aunque si hubiese podido, hoy sería médico. Siempre ha sido mi ilusión.

¿Tú crees que la mujer ha tenido un papel importante a lo largo de la historia?

La historia está llena de mujeres que han desempeñado un papel importante en la sociedad, aunque casi nunca ese papel ha sido reconocido, quedando en el anonimato muchas de ellas.

¿Cuándo decidiste montar el negocio del gimnasio en Benacazón?

Mi cuñado, hacia el año 1986, montó una autoescuela en Benacazón. Él me habló del pueblo y así, en la calle “de los galgos” (enfrente del actual parque municipal), abrí junto a mi marido un gimnasio. Empecé dando clases de aerobic a las mujeres del pueblo. Mi marido se ocupaba de una parte concreta del gimnasio y yo de otra. Pronto incorporé los masajes al gimnasio. El pueblo me aceptó lo mismo que yo a él. Siempre ha sido como una casa para mí.

Cuando practicas un masaje ¿te sientes realmente sanadora?

No sé si la palabra sanadora sería la correcta, lo que si tengo claro es que cuando llega un nuevo paciente intento -aparte de lo que él me cuenta- estudiar a través de lo que me dicta su cuerpo, ver la procedencia de su mal, poniendo todo mis conocimientos para aliviar su dolor. Me es muy gratificante cuando alguien me dice por la calle “Ani, qué bien me siento”, eso para mí no tiene precio, borrando en mi cuerpo el cansancio de trabajar todo el día. A pesar de eso si algún paciente requiere mis servicios de improviso, siempre estoy dispuesta para aliviarlo en lo posible.


¿Qué es lo que te empuja a seguir luchando?

Lo que más me empuja son mis ganas de vivir. Eso, mi marido, mis hijos, ahora mis nietos y mi trabajo de masajista son los pilares que me anclan a este mundo maravilloso. Creo que a pesar de todo y aun habiendo nacido demasiado pronto, la vida me ha dado (aunque con mucho esfuerzo), cosas maravillosas.

This entry was posted at 14:44 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

0 comentarios

Publicar un comentario

Las imágenes utilizadas en esta página aparecen publicadas en Flickr.

Licencia

Creative Commons License Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.