Nos cuenta que cuando tenía seis años su padre le regaló un juego de magia y que, incluso antes de eso, su abuelo Pedro le hacía juegos de mano, recuerdos ambos que - según nos explica él mismo- están bastante ligados al motivo de nuestra entrevista. Es nuestro amigo y colaborador Rafa García. Tiene veinte años, estudia Magisterio de Educación Física y, entre sus aficiones, - además de la de escribir, como bien sabéis, queridos lectores- está otra igualmente peculiar, si no más: la magia. Un hobby que cultiva con dedicación y disciplina prácticamente desde que era un niño. En Pandora no hemos querido desaprovechar la ocasión para charlar con él, y que nos desvele algunas de las curiosidades que rodean este mundo, al menos las que se puedan desvelar.
¿Rafa, qué tipo de magia practicas?
Principalmente, la magia se clasifica en micromagia, numismagia (con monedas), cartomagia (con cartas) y magia de escenario en general donde vais a ver grandes ilusiones, desapariciones de coches, de
¿Es algo que tienes como hobby a nivel personal o has actuado ante un público?
Siempre he tenido la máxima de obligación, devoción y afición. Mi obligación son los estudios (de la magia no se come). Mi devoción es el atletismo y la afición, la magia. De los tres saco buen provecho. Como aficionado a la magia creo que los grandes impulsores de cualquier arte son precisamente los aficionados. No tienen la presión de alguien que les exige constantemente. Por ejemplo, una editorial al autor le está exigiendo que escriba, le apremia… El aficionado puede demorarse en los detalles, por eso creo que es el aficionado el que realmente engrandece. En cuanto a si he actuado ante un público, empecé a practicar magia para mi familia y mis amigos, no cobraba por ello. Ahora sí que realizo actuaciones remuneradas, lo que supone una gran responsabilidad. Es un salto a nivel personal, una superación. Tienes que hacer reír, que la gente lo pase bien, te has comprometido, por eso vas a cobrar. Además, la magia necesita de público.
Hablando un poco de todo ¿te sirve para ligar?
Bueno, como digo la magia lleva intrínseca la relación social. Te puede servir para romper el hielo en algunos casos. Sacas la baraja, haces un par de trucos, la chica que te gusta se acerca, te pregunta cómo lo has hecho…En fin, es una afición llamativa. Hasta aquí puedo contar.
Vale, vale. Cambiamos de tema ¿Qué cualidades (destreza física, psicológica…) crees que debe tener un buen mago?
Sobre todo la magia implica muchas horas de estudio, por eso se necesita perseverancia, paciencia… Una vez que se conoce la técnica empieza el verdadero trabajo, hay que tapar huecos, saber cubrirse, utilizar espejos para ver cómo te verán tus espectadores desde todos los ángulos, incluso grabarse… No se trata sólo de conocer el secreto, sino también de saber ocultarlo. Tienes que revestirlo, tanto hablando como tranquilizando a la gente, despistando, tienes que hacer creer al público que está viendo cosas que en realidad no están pasando. Nada es por casualidad, todo está perfectamente medido. Cada gesto, cada chiste, la aplicación del tono de voz… El lenguaje, por ejemplo, tiene una gran importancia psicológica, con él el mago maneja al público aunque éste no se dé cuenta.
¿Y la destreza manual?
También es importante pero no tanto. Se hace sobre todo para embellecer. Eso se llama floritura. Sin embargo, no necesariamente por ser un buen manipulador de cartas vas a ser un buen mago. Los croupieres en los casinos pueden manipular las cartas mucho mejor que un mago, pero no saben hacer magia.
¿Cuánto tiempo de ensayo te requiere y cómo lo compaginas con el resto de tus aficiones y con los estudios?
Trabajo la magia cuando estoy menos agobiado con los estudios. Los fines de semana se los dedico siempre, y cuando vengo de la facultad y lo llevo todo al día, también. El secreto de todo esto es la organización. Tengo muchos hobbies y a todos les encuentro un ratillo. Obviamente, aunque aprovecho cada minuto, puedo hacer magia con las cartas, no con el tiempo.
¿A nivel amateur se puede ser creativo?
Por supuesto, un juego realizado por diferentes magos puede resultar totalmente diferente por cómo es revestido por cada uno. Aunque la mecánica sea la misma, cada mago ajusta el juego a su personalidad.
¿Dónde consigues los accesorios y artículos que usas en tus trucos? ¿Es una afición cara?
Hay ciertos artículos que podemos encontrar en cualquier sitio como cartas, monedas… y otros son más específicos como las varitas, los tapetes… En Sevilla hay varias tiendas. En
¿Compartís información o soléis ser celosos con los trucos que cada uno maneja?
Nunca nos desvelamos juegos, se supone que entre nosotros hay ciertos conocimientos de magia. Si entras en estos círculos es porque sabes. Podemos vernos unos a los otros realizar juegos y por nuestros conocimientos deducimos cómo están hechos, pero no hablamos de la técnica directamente.
Antes nos comentabas que compartiste una velada-cena con tu admirado Juan Tamaríz. ¿Cómo fue eso?
El Círculo de Magia de Sevilla organiza un festival de magia al que acuden magos internacionales. Tamariz viene todos los años. Con el presidente del Círculo tiene mucha relación. Hay un espectáculo y una cena. El año pasado fue mi primer año en el círculo y me invitaron. Fue una velada estupenda. En el restaurante hacía tanto ruido, con esos gritos que suele dar mientras hace los trucos, que los camareros salían asustados de la cocina.
Cuéntanos alguna anécdota que hayas vivido a raíz de la magia.
La última anécdota, que fue muy bonita, tuvo lugar en un cumpleaños con niños de seis o siete años en Sevilla. Los niños con la magia son un peligro porque ellos siempre quieren explorar. Si pones una baraja sobre la mesa lo último que harán será no tocarla. Pero cuando algo les impresiona, les llega mucho. Hubo un juego de conejitos de goma espuma, que pasaban de una mano a otra. Para que lo entendieran me pinté con rotulador una puerta en cada mano. Al final, cuando ya me iba vi a todos los niños pedir bolígrafos a sus padres para pintarse puertas en las manos por las que pasar unas monedas. Eso me encantó.
¿Qué te aporta la magia a nivel personal?
Sobre todo me ha enseñado que la constancia, al final, da resultado. Trabajar, indagar, experimentar… te ayuda a conseguir lo que te propongas en cualquier faceta de la vida. Esa es la magia de la magia y también la magia de la vida.